
Viajar con niños acostumbra a ser un reto. No son pocos los que se ponen nerviosos al imaginar a la familia metida en un avión, lidiando con los lloros de unos y las quejas de otros. No tengáis miedo, con el destino correcto la experiencia puede ser maravillosa. Te descubrimos las 5 ciudades europeas para viajar con niños y te damos algunas recomendaciones para no morir en el intento.
La capital germana es una ciudad verde, bohemia y vibrante. Una ciudad que, por sus características, es para muchos la ciudad más family friendly de Europa.
Se trata de una ciudad muy extensa por lo que recomendamos alquilar bicicletas (está dotada de un montón de carriles bici) o bien hacer uso del transporte público para recorrerla. Cada uno de sus barrios tiene su propio espíritu y todos son interesantes por uno u otro motivo, tanto los que están al este como al oeste del antiguo Muro. Prenzlauer Berg es el barrio de las familias, repleto de spielplatz (plaza con juegos para niños) y de kindercafés (cafés para ir con niños), lo que le convierte en la zona perfecta para alojarse.
Pasear por Mitte, ver los murales del antiguo Muro, rodearse de naturaleza en Tiergarten, pasar un domingo comiendo currywurst y haciendo volar cometas en el inmenso parque de Tempelhof (lo que fue antaño uno de los principales aeropuertos de Europa), ver animales en su emblemático zoo, descubrir todo lo que ofrece el museo para niños MACHmit! Museum o alucinar con la belleza del Altar de Zeus en el Museo de Pérgamo son buenas opciones para hacer en Berlín.
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La capital de Europa a menudo es tachada de gris y aburrida pero lo cierto es que tiene mucho para ofrecer al visitante y, especialmente, a las familias.
Bélgica es la capital del cómic y eso es algo que se puede sentir por todas partes. Los murales pintados con imágenes de Tintin, Marsupilami, los pitufos y otros personajes míticos de bande desinneé hacen acto de presencia en el centro de la ciudad, así como en su Museo del Cómic. Dejarse impresionar por los dinosaurios en el Museo de Ciencias Naturales, comer un delicioso gofre en la Grande Place, visitar el Museo del Chocolate (¡y arrasar en su tienda!), disfrutar del teatro de marionetas en el Théâtre Royal du Peruchet o subir a lo alto del Atomium son algunos de los planazos que ofrece Bruselas.
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La capital danesa es una ciudad relativamente pequeña y amable con las familias. Lo mejor es recorrerla en bicicleta alquilando alguna de las bicis de carga (ideales para llevar a los niños). Hay carriles bici por todas partes haciendo que éste sea el modo de transporte favorito de sus ciudadanos.
Ver la sirenita de Copenhague, presenciar el cambio de guardia en el Palacio de Amalienborg, visitar el espectacular Castillo de Rosenborg, hacer un picnic y atisbar ciervos en el Parque de los Ciervos, montar en las atracciones con regusto retro del parque de atracciones Tivoli o ver los barcos en el canal de Nyhavn, son solo algunas de las numerosas opciones que ofrece la ciudad.
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Es conocida popularmente como la Venecia del norte ya que se trata de una ciudad construida sobre 14 islas más un archipiélago de 30.000 islas e islotes. Estocolmo es la capital de un país, Suecia, que ama a los niños. Allá donde vayas te sorprenderá el buen trato con las familias y lo bien adaptado que está todo pensando en los pequeños viajeros.
Viajar al pasado con la visita a Skansen (el museo al aire libre más grande del mundo donde conocer cómo se vivía 5 siglos atrás), pasar una jornada de cuento en Junibacken (el museo dedicado a Astrid Lindgren y entrar en la casita de Pippi Lanstrum), dejarse impresionar por el impecable barco de guerra del siglo XVII en el Museo Vasa, descubrir la fauna del mar Báltico y sus fondos marinos en Aquaria o subir a la torre del ayuntamiento para presenciar uno de los atardeceres más maravillosos que existen son buenas recomendaciones de actividades de la capital sueca.
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¡Oh là là, la ciudad de la luz! Una ciudad de imponente belleza que enamora a grandes y a pequeños. Un destino imprescindible al que volver una y mil veces.
Callejear por Montmatre y recordar a la encantadora Amélie Poulain, pasear en bateau mouche por el Sena, subir a lo alto de la Tour Eiffel y admirar las impresionantes vistas, visitar el siempre atrayente museo Pompidou e introducirse en el mundo del arte moderno y contemporáneo de la mano de alguna de sus actividades familiares, hacer un picnic con baguettes y queso en les Jardines de Luxembourg, montar en poni por les Tulleries o tomar el tren y pasar el día en Disneyland Paris.
@hejjoana
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